Il leone del deserto

“No nos rendiremos nunca. Ganaremos o moriremos. Vosotros tendréis que hacer cuentas con las generaciones futuras. Yo sobreviviré siempre a mi verdugo”, dice Anthony Queen en el papel de un anciano Omar Mukhtar algunos minutos antes de ser ahorcado por voluntad del general Graziani.

Es el 1931. Tras 22 años de resistencia a la colonización italiana el héroe nacional líbico acaba como sus casi 100 mil conacionales. En la noche del jueves pasado Sky –la cadena de Murdoch- transmitio “El león del desierto” (así se le conoce a Mukhtar), peli norteamericana de 1981 censurada hasta ahora en el “belpaese”. Quién sabe si el maestro que sacrificó su vida para la libertad de Libia se hubiera imaginado nunca que, menos de un siglo después, su País acabaría bajo el control de un hombre como Mu’ammar Gheddafi. Que no ha perdido la ocasión para traer consigo en su reciente visita oficial a Italia (además de su tienda de campo –en la que, por cierto, no durmió- y de “sus Amazonas”) también a los descendientes de los héroes de la resistencia líbica.

Entre ellos estaba también el último de Omar Mukhtar, del que Gheddafi tenía apuntada con orgullo, durante su primer día en Roma, la famosa foto hecha poco antes de su asesinato.

Los campos de concentración, las ejecuciones sumarias, el alambre de púas puesto a aislar el País, los carros de combate en el desierto y, sobre todo, que en los institutos italianos no se estudie nada de todo esto, son hechos gravísimos. Que Italia acepte que sea Gheddafi quien le dé clases de derechos humanos también lo es. Caro está que si el coronel financia nuestras entidades bancarias, los coches que poseemos y la energía eléctrica que nos permiten vivir nuestra bonita vida ignara, pues entonces igual le estamos autorizando a que nos las dé.