Porqué no hablamos de Copenhague
Bastaba con leer los informes de los expertos mundiales para saber que el summit acabaría fracasando. Demasiados intereses contrapuestos en juego, demasiadas lobbies detrás de los gobiernos, demasiada precariedad de acuerdos mínimos previos entre China, India y Estados Unidos.
Sin embargo los representantes de 192 países, aparentemente (y misteriosamente) ilusionados, estuvieron dos semanas en la capital danesa, donde se gastó no se sabe cuánto dinero público, se colaboró al calentamiento global con no se sabe cuántos aviones, taxis, coches y trenes para desplazarse, se derrochó no se sabe cuánta comida en cenas, almuerzos y meriendas y se gastó no se sabe cuánto papel y paciencia humana para cubrir a diario el evento en los medios de todo el mundo. Quitando, claro está, un espacio que con mucha facilidad podría haberse llenado con noticias interesantes de verdad.
Entonces ¿qué se puede decir? Nada más que un pequeño y humilde consejo. Ya que nos tomáis el pelo, hacerlo bien e iros a un sitio donde haga un poco más de calor la próxima vez. No para daros cuenta del problema, por supuesto que no, pero por lo menos para disfrutar, hombre. Que no nos gusta malgastar nuestro dinero.
Que gran verdad!