Mauro Cabral

Filósofo argentino y activista trans e intersex. Es codirector de GATE (Global Action for Trans Equality) y miembro del Consorcio Latinoamericano de Trabajo sobre Intersexualidad.

Estadísticamente  en uno de cada 2500 nacimientos se presenta alguna forma de intersexualidad.

Cada vez que nace una niña o un niño cuya anatomía sexual y reproductiva varía del estándar corporal masculino y femenino, su cuerpo está forzado a tratamientos quirúrgico y hormonales para ‘normalizar’ el aspecto de sus genitales. De entre los marcos internacionales sobre Derechos Humanos de momento solo los no-vinculantes Yogyakarta Principles en el principio 18 sobre “Protección contra Abusos Médicos” hace una llamada específica a los estados para que aseguren que “el cuerpo de ninguna criatura sea alterado irreversiblemente por medio de procedimientos medicos que procuren imponerle una identidad de género sin su consentimiento pleno, libre e informado, de acuerdo a su edad y madurez y guiándose por el principio de que en todas las acciones concernientes a niñas y niños se tendrá como principal consideración su interés superior”.

¿En qué sentido la mutilación genital infantil intersex es un procedimiento feminizante?

Si se piensa en las distintas intervenciones que se realizan para normalizar los cuerpos de niños e niñas intersex, la mayoría están destinadas a crear genitales femeninos porque desde el punto de vista medico son tecnológicamente más sencillos de crear respecto a los masculinos.

¿Es también una cuestión política?

Para la medicina es básicamente una cuestión técnica que luego desde el activismo intersex es remitida también al funcionamiento de estereotipos que tienen que ver con que la sexualidad y el género masculino están intrínsicamente dependientes de la existencia de un pene funcional y que es por lo tanto más fácil devenir mujer que hombre si no hay un cuerpo masculino que sostenga esa masculinidad. Pero también se podría verlo al  revés y pensar que la masculinidad es más frágil porque tiene mas requisitos…Estas son interpretaciones activistas sobre decisiones que toman los médicos sin que éstas aparezcan expresadas de manera explícita.

La Organización internacional intersex (oii) sostiene que la definición correcta no sería mutilación genital infantil sino tratamiento de normalización no consensual, término que incluye también terapia hormonal y cirugía virizilante. ¿Cómo lo ves?

Son elecciones retóricas. Hablar de mutilación tiene una carga ético política más fuerte y permite conectar esas intervenciones con otro tipos de prácticas, como la mutilación genital femenina. La mutilación hace referencia a algo que recorta no solo las posibilidades de cada persona sino también las que tiene cada cultura de reconocer la diversidad corporal de quienes la integran.

Por lo que se refiere a la conexión entre normalización intersex y homofobia, “Se considera que un varón que tiene un micropene no va a poder funcionar como un varón que penetra mujeres, y por lo tanto no va a ser aceptado sexualmente por ninguna mujer, y posiblemente por eso ‘termine’ siendo homosexual. En el caso de las mujeres que tienen un clítoris demasiado grande, se considera que o bien deviene una ninfomaníaca (porque goza demasiado) o bien deviene una lesbiana (porque lo va a usar como si fuese un pene). Y si no tiene vagina no va a poder ser penetrada, y por lo tanto no va a ser aceptada por ningún hombre, de modo que posiblemente también ‘termine’ siendo una lesbiana”.

¿Se pueden  identificar unos ambientes donde más se promueven estas ideas?

Hace unos anos hubiera tendido a pensar que sí pero hoy creo que es una responsabilidad cultural compartida. Yo puedo ir a un hospital y escuchar a un médico decir que es preferible asignar alguien al sexo femenino porque si no tiene un pene no va a poder ser un hombre y el mismo día entrar en un espacio solo para hombres y que me digan que si no tengo un pene en realidad no soy un hombre. La diferencia es que el médico toma decisiones, sí, pero no vive en un vacío cultural. El sentido común cultural indica que los hombres tienen que tener un pene funcional para ser hombres. Uno podría pensar que los médicos podrían dejar abierta la posibilidad que alguien intersex sea asignado al género masculino sin que se le obligue a tener una faloplastia y que crezca como hombre. Sería una decisión fantástica, el punto también es como nuestra cultura puede hacer posible la existencia de esa persona, admitirla, celebrarla y desearla.

El rango de cuerpo considerado como deseable ha comenzado a ampliarse hace poco pero sigue siendo bastante limitado y la medicina opera con ese mismo rango, Entonces es muy difícil decirles a los médicos, pero también a los padres, ‘no operen a sus hijos porque pueden tener una buena vida con ese cuerpo’. Por supuesto que la pueden tener pero es algo que no puede garantizar la medicina, tenemos que hacerlo todos y todas.

Tu de hecho sostienes que “la dificultad mayor radica en la superación (personal social) de la cosificación implicada en una cultura que nos reconoce como (apenas) humanos y humanas recién a partir de un determinado estereotipo corporal”. ¿Cómo se puede llegar a esta superación personal y social?

La construcción de ese como sigue siendo un trabajo de todos los días. Hay opciones que tienen que ver con la visibilidad, otras con los grupos de apoyo, con la producción de erótica y pornografía, de ensayos, textos críticos y ficción, pero si esto está resultando o no es algo que se va a saber cuando los niños y niñas intersex que están creciendo en estos momentos puedan dar cuenta de si sus vidas han sido distintas a las nuestras.

Cuando yo era mas joven creía mucho en la información pero ya no me parece tan importante. Hay gente que cree que el saber más sobre el tema produce un cambio de por sí pero la información simplemente se acumula y la pregunta sigue siendo cómo se articula esa información.

Ya ¿Cómo?

Creo que para producir cambios en estos tipos de funcionamientos culturales es necesario replantearse cosas acerca de nuestra propia posición respecto al cuerpo, a la sexualidad, a la identidad, a la expresión de genero, pensar qué es lo que les demandamos a los demás para reconocerlos como hombres, como mujeres, como objetos de deseo y como sujetos de deseo y tiene que ser un trabajo personal. Cuando yo doy talleres sobre intersexualidad más que informar a la gente de cómo es la vida y la situación de las personas intersex prefiero explorar cuales son sus propias posiciones respecto a su cuerpo, a la feminidad y a la masculinidad, porque es el tipo de cosas que necesitamos deconstruir para que haya más espacios para cuerpos que difieran del promedio masculino y femenino.

También escribiste que “uno de los problemas más arduos que enfrentamos las personas trans es la permanente codificación de nuestra experiencia en términos estrechos. Parte de nuestro desafío es ampliar la inteligibilidad y deshacernos de la carga de realidad y de autenticidad que vincula el goce pleno de los derechos humanos al ser ‘verdaderamente’ alguien o algo”. ¿Esto sigue siendo actual?

Creo que en estos momentos la inteligibilidad es de por sí mas amplia. Cuando yo de adolescente empecé a identificarme como chico y a decir que me gustaban los chicos no había muchas personas a mi alrededor que lo pudieran entender y tardé muchísimo tiempo en encontrar a otros que se identificaran como yo. Hace años era mucho más difícil comprender que hubieran personas trans que no se quisieran operar o que quisieran elegir qué cirugías querían y cuáles no o que defendieran sus derechos reproductivos. Ahora todas estas son posibilidades efectivamente existentes y las personas no tienen que inventar desde el principio una narrativa para contar su historia.

Creo que lo que todavía hay que ampliar es la narrativa que tiene que ver con aquellas personas que nos desean. Cuando alguien tiene que decir ‘a mí me gustan los travestis’ o ‘a mí me gustan las personas trans o intersex’ todavía tiene que construir una narrativa para su interlocutor o interlocutora.

La narrativa, la inteligibilidad y el vocabulario tienen también que ver con una necesidad de clasificar, de ponerle nombres a las cosas. Tu concretamente te identificas como hombre, trans e intersex que, aunque complexa, no deja de ser una clasificación ¿no?

El amontonamiento de clasificaciones hace que de alguna manera éstas pierdan sentido. Uno se vuelve inteligible para los otros pero también hay una cierta ironía respecto a la inteligibilidad. A mí me parece que la gente tiene demasiado en claro qué significa cuando alguien dice ‘soy un hombre’ o ‘soy una mujer’. Nos parece que entendemos todo cuando en realidad son categorías tan opacas como trans o intersex.

Desde el activismo intersexual no se quiere vincular la intersexualidad con un ‘tercer sexo’ ¿verdad?

Sí, primero porque no hay un solo cuerpo intersex y luego porque, en nombre de la multiplicidad numérica, lo que se haría sería fijar los cuerpos a un sexo en particular y en una eventual bolsa de intersex irían todos aquellos que tuvieran un cuerpo distinto al promedio de hombres y mujeres y se crearía una estabilidad corporal que no es lo que el movimiento intersex defiende. Sí lo es el derecho de las personas, cualquiera que sea su identidad, a vivir en una cultura donde se respeta su integridad corporal y donde se celebra la diversidad corporal.

Tu te identifica como hombre. ¿Al final todo se reduce a hombres y mujeres? O ¿no es necesario?

La definición del género no depende de mi. La gente supone que quienes tenemos que subvertir el binario de género somos los trans o intersex cuando en realidad esto es algo que le podría preguntar a cada uno de sus amigos, porqué se identifican como hombres o como mujeres y si esto no supone que solamente haya hombres y mujeres. Hay muchas personas que se identifican de otras maneras, yo me identifico como alguien que es un hombre. ¿Alguna vez le ha hecho esta pregunta a otro hombre?

La verdad es que no…

Hablando de tu experiencia personal, ¿cómo llegaste a los médicos y a que te operaran para ‘feminizar’ tu cuerpo?

De adolescente parecía una chica pero no menstruaba, entonces mi familia me llevó al médico.

Cuando, ya más mayor, empezaste a ver el tema desde un punto de vista teórico, político y filosófico, ¿tuviste ocasión de hablar con tu familia sobre todo eso?

No. A ver, mi familia…Mi madre había muerto, con mi padre tuve otro tipo de problemas y hace muchos años que no hablamos y el resto de mi familia son mis dos hermanos con los que nunca tuve ningún problema, entonces no había nada que hablar con ellos.

Quería entender si habías podido descubrir qué los había llevado a hacer que te operaran

Al final ese se vuelve el tema menos importante de todos porque justamente al estar en contacto con otras historias uno empieza a entender como funciono su propia historia y que las personas pueden cometer equivocaciones muy graves movidas por las mejores intenciones. Tuve una segunda cirugía como consecuencia de la primera y después tuve que hacer un tratamiento muy largo como consecuencia de estas dos cirugías, todas cosas que ni mi familia ni los equipos médicos nunca podían haber previsto y que es parte de lo que le decimos a los padres cuando creen que van a poder arreglar el cuerpo de su hijo solo con una cirugía.

La medicina produce  unos desarreglos que se pueden prever y otros que son inesperados y que a veces tienen consecuencias muy lamentables en la vida de la gente. El cirujano que me operó terminó haciendo una maestría en bioética, trabajando sobre intersexualidad y revisando sus posiciones. No es gente con la que me una en este momento una relación de odio y ni siquiera de rencor, es más una tristeza de un destino compartido entorno a algo profundamente equivocado en lo cual esa gente creía.

¿Qué marcas te quedan de esas operaciones?

Tengo muchas cicatrices, insensibilidad en la piel entre el ombligo y el pubis y un inmenso cansancio. El tratamiento con anestesia general que tuve que hacer durante muchos años me ha dejado agotado creo que de por vida.

La suerte de cortocircuito muy profundo a nivel de lo sexual que se produce hace que la sexualidad se vuelva algo distinto a lo que pareciera ser por el resto de las personas.

La sensación, que comparto con muchas personas intersex, es la de alguien que ha sido violado muchas veces y que además tiene que lidiar con la experiencia de vivir en una cultura donde ese tipo de intervenciones no se consideran ni violación ni mutilación sino un tratamiento medico estándar. Hay algo que dice un amigo mío que me encanta y es que la respuesta de la gente es ‘esto no es cierto y tampoco es malo’. Esto produce un cierto distanciamiento respecto a la experiencia del genero, del precio corporal que la mayoría de la gente a nuestro alrededor cree que es necesario pagar para ser un hombre o para ser una mujer.

English Version

Según el DSM (the diagnostic and statistical manual of mental disorders) tendrías más de un trastorno de identidad de género…

El DSM es la biblia de una religión que no practico.

¿Y tuviste que pasar por psiquiatras?

Sí pero he vivido a un padre muy violento, a la muerte de mi madre cuando era un niño, a este tipo de cirugía…la verdad es que cuando comencé a hacer algún tipo de terapia creo que lo que menos importaba era como me identificaba…Trabajo en la campaña por la despatologización de la transexualidad (Stop Trans Pathologization) pero la verdad es que el DSM IV nunca ha sido algo que tuviera una importancia decisiva en mi vida.

¿Has tenido limitaciones al acceso a los servicios de salud, tanto específicos como a nivel de atención primaria?

Operarme no es mi prioridad pero tampoco es algo que descarte. En general tengo una gran resistencia a enmarcar mi vida en marcos institucionales…Si quisiera hacerlo tendría que enfrentar las condiciones bajo las cuales se puede hacer en Argentina o ver donde hacerlo.

Por lo que se refiere a lo otro a veces resulta difí cil poner un cuerpo como el mío en una camilla. También la manera que los médicos tienen de lidiar con el cuerpo para alguien que ha sufrido la medicalizacion de una manera muy invasiva puede no ser aceptable ni soportable incluso. En la medida de lo posible trato de no ir al medico.

En todo caso yo soy trans pero soy blanco, tengo un buen trabajo y puedo pagar un profesional privado. Si hay algún tipo de transfobia o trato discriminatorio circula de otra forma pero es distinto ir a un hospital publico y tener que enfrentar la brutalidad del sistema de salud desde otra posición no solo identitaria sino también de clase y no recibir atención medica o recibirla en condiciones indignas, cosa que sí les pasa a otras personas trans pero también a personas que no son trans en la misma ciudad en la que vivo.

Tu documento dice que tienes otro nombre. ¿Esto te crea problemas?

No es la situación mas cómoda del mundo, sobre todo porque estoy todo el tiempo de viaje pero para mí sigue siendo más saludable hacerle frente a esos problemas que meterme en un juicio para cambiar mi nombre. No tengo ganas de llevar adelante una narrativa de mi vida que pueda tener sentido para un abogado primero y un juez después.

En una entrevista dijiste que “Para las feministas el problema es que las cirugías intersex le ocurren a personas que ellas no están seguras que sean mujeres todavía, lo son a partir de la cirugía. Para ellas no somos sus contemporáneos: por un lado somos monstruos antiguos, hermafroditas y, por otro, gente del futuro, de los cuales el colectivo feminista se va a poder ocupar una vez los problemas de las mujeres promedio hayan sido solucionados”. ¿Lo sigues pensando?

Sí, evidentemente hay millones de feministas con interés por las cuestiones intersex pero creo que la gran parte del feminismo mantiene esta posición.

En esa misma entrevista en un momento preguntabas retóricamente “¿Dónde está la intersexualidad en los derechos sexuales y reproductivos del feminismo? ¿Dónde en los discursos de la diferencia sexual?”. ¿Donde esta?

En este momento la propuesta para la Convención Interamericana de derechos sexuales y derechos reproductivos incorpora algunas cuestiones intersex pero en quienes trabajan habitualmente en estos marcos la integridad corporal no está entendida como la entiende el movimiento intersex, no es una prioridad ni es algo que aparezca como fácilmente articulable. Por ejemplo el derecho al aborto aparece un tema menor, difícil y sobre el que no hay mucha seguridad a la hora de cómo encararlo.

¿Siente que trans e intersex están marginalizados de alguna forma por el mismo movimiento GLBTI?

Creo que hay algún tipo de inclusión excluyente, o sea se incluyen las letras pero no a las personas o se incluyen como casos. El GLBTI es básicamente un movimiento de gays y lesbianas donde trans e intersex tienen un lugar pero muy marginado.

¿Es muy fuerte esto no?

Puede ser pero es una constante. Yo creo que es fundamental romper la idea de que gays, lesbianas, bisexuales, trans e intersex necesitan algún tipo de pertenencia natural a la misma comunidad. Lo que hay es una alianza política que funciona como lo hace toda alianza política. Hay quienes ejercen sus propios privilegios, hay cuestiones de clase involucradas… Creo que con mucho trabajo podemos llegar a formar parte de un mismo movimiento político pero para mi es un poco peligroso pensar que somos todos parte del mismo mundo, porque no es así.

De entrada se unen cuestiones de orientación sexual con las de identidad de género…

Sí, además se podría preguntar qué tiene que ver la intersexualidad con la unión entre estas dos variables…En realidad la I esta allí como una marca de inclusión pero no significa nada más ya que en general ni el movimiento de gays, lesbianas y bisexuales ni el movimiento trans pone realmente en juego su estereotipos corporales…Como trans no soy un separatista pero sí creo que es ahora de revisar el modo en el que los grupos trans entran en alianzas con los grupos de gays, lesbianas y bisexuales porque hasta ahora la alianza nos ha perjudicado mas de lo que nos ha ayudado. Es decir, ha permitido que los grupos crezcan pero siempre a la sombra de agendas que no son propias.

¿Cómo cree que se podrían visibilizar más las políticas tran e intersex?

No sé la verdad cuál sería la configuración política que yo preferiría, sí creo que es necesario contaminar esas categorías de manera que la gente pueda entender que una persona puede ser trans pero gay al mismo tiempo o lesbiana e intersex, trans y discapacitada etc. Mi trabajo puntual tiene que ver con fortalecer las posiciones de quienes hacen activismo trans y activismo intersex cualquiera sea el activismo que quieran hacer. Lo que necesitamos son más activistas trans e intersex con mayor acceso a financiamiento, con la posibilidad de definir su propia agenda y de tomar sus propias decisiones en relación con construir una alianza o un movimiento con grupos gays, lésbicos y bisexuales…

…Y ‘grupos de mujeres’, ¿no?

Por supuesto

¿Uniendo esfuerzos?

Sí, siempre y cuando eso no implique ocupar siempre la posición subordinada. Me parece que lo interesante es una fragmentación con capacidad de diálogo y de articulación contingente, no obligada. Y más que hablar de movimiento yo hablaría de activismos.

Sobre el trato que suelen dar los medios de comunicación a la intersexualidad dijiste “los únicos que aparecen desnudos son los intersex. Lo más relevante es el pedazo de carne que nos hace distintos y no es eso, es tratarnos como a un pedazo de carne lo que nos hace distintos”

Igual que los médicos los medios reflejan un morbo que está en nuestra cultura ¿o sientes que lo promueven y de alguna forma lo crean?

Yo creo que hacen mucho para promoverlo pero no creo que el problema sea producido exclusivamente por los medios.

¿Destacarías algo más sobre el trato de los medios respecto a la intersexualidad?

Hay un trabajo más artístico, como el cinematográfico, donde se da algún tipo de reelaboración pero en general hay poca cobertura mediática de trans e intersex y el trato deja muchísimo que desear en cuanto al modo en el que se objetiviza la experiencia de las personas, su cuerpo, su sexualidad, sus relaciones. Creo que prácticamente cualquier experiencia es susceptible de ese trato mediático pero sí me resulta extraordinariamente difícil encontrar uno sobre el tema más celebratorio, respetuoso y que ponga más el acento en las cuestiones subjetivas y no en la producción de una historia de vida como un objeto de consumo mediático.

La necesidad de pasar de una idea de sufrimiento relacionada a las personas intersexuales a la celebración del ser como se es, es otra idea que aparece mucho en tus escritos. ¿Quién celebra y qué celebra?

La celebración es un recurso político, la forma festiva del orgullo, por ejemplo la celebración de la diversidad corporal, pero al mismo tiempo hoy siempre más veo que es algo que se proyecta sobre la experiencia de quienes a lo mejor ya no tienen qué celebrar y que hay muy poco espacio para reconocer que hay personas que han perdido esa capacidad para celebrar. La alegría como mandato puede ser tan opresiva como el sufrimiento.

En este momento yo abogaría por intentar de romper esas formas únicas de entender la experiencia o las posiciones actuales de las personas. Yo puedo estar muy contento con mi cuerpo y celebrarlo y aun así salir a la calle y sobrevivir en una cultura que no tiene un solo espacio para esa celebración o puedo encontrar alrededor mío una continua celebración de lo que soy sin encontrar yo demasiadas razones para celebrar…

¿A ti te gusta tu cuerpo?

Si! Yo puedo decir que me gusta mi cuerpo a pesar de las cosas que le pasaron pero cuando se hace circular ese cuerpo dentro de una narrativa de deseo está bien pero no sé si es un deseo que mi cuerpo va a poder encarar. Para hacerle frente al daño que produce la intervención medica es necesario ser capaces de reconocer que también hay una capacidad para la celebración que ha sido mutilada. Creo que la celebración de la diversidad corporal es necesaria para modificar prácticas culturales mutilantes en un sentido amplio, pero también existimos quienes hemos sufrido en nuestra carne esa experiencia de mutilación y por lo tanto la celebración de la diversidad corporal tiene que tener espacios para reconocer que no todos tenemos un cuerpo para el que la sexualidad va a ser una fiesta.

También se pueden encontrar otras maneras de percibir y entender qué es sensual y qué es el placer ¿no?

Por supuesto. La producción de erótica intersex es algo que va a ampliar las posibilidades de introducir los cuerpos intersex dentro del imaginario deseante y de las formas culturales del placer. Aunque trabajemos para ampliar esas oportunidades para el placer no quiere decir que eso vaya a funcionar en el contexto de nuestros cuerpos, entre otras cosas porque han sido intervenidos. Esto forma parte de lo que significa ser intersex hoy. Para mucha gente la experiencia de las intervenciones médicas se parece mucho a la experiencia de la tortura o a la mutilación genital femenina. Uno trabaja para que esas cosas no les vuelvan a ocurrir a otras personas pero ese trabajo no consigue modificaron las cosas que a uno ya le pasaron. La mutilación es irreversible y no importa cuanta celebración no rodee. Por eso peleamos en contra de esas instancias de normalización no consentidas y de mutilación, justamente porque son irreversibles sin importar lo que uno haga después.

Dibujo: Valentina Meli

INTERDICCIONES”, Escrituras de la Intersexualidad en castellano, editor Mauro Cabral